¿CÓMO REPARAR UN CORAZÓN ROTO?
Que te rompan el corazón es una de las experiencias más dolorosas que puedes vivir. Si se te rompe un hueso duele mucho, pero te pueden recetar medicamentos para el dolor que te harán olvidar y descansar. Pero cuando atraviesas por una separación lo que te duele es el alma, y solo te queda sufrir, llorar y dormir.
¿Cómo ocurre esto? Cuando estas solo(a) eres dueño(a) de tu vida, haces lo que te da la gana sin tener que contar con nadie, ni preguntar a nadie. Pero cuando decides dejar que otra persona entre en tu corazón te haces vulnerable. Ya no puedes hacer lo que te da la gana porque ahora tienes que contar con esa otra persona a la hora de tomar decisiones. También cuando llevas mucho tiempo con la persona te acostumbras a definirte por medio de ella. Esta es quien te dice si te queda bien esa camisa, o el recorte. Esta persona es quien te dice, “…quítate esos zapatos que no te van.” Cuando esa persona no está, te pierdes, no te encuentras a ti mismo(a).
Los procesos de separación se procesan como pérdidas, en ellas se atraviesan por etapas predecibles que pueden incluir:
Negación: “Esto no puede ser el final, yo se que volverá”
Coraje: “Le odio”
Negociación: “Quizás si cambio mi conducta puede que la relación se arregle”
Depresión: “Nunca más me volveré a enamorar, no quiero sufrir así otra vez”
Aceptación: “Le quise mucho, pero de verdad que se acabó, tendré que seguir hacia adelante”
Pero el fin de una relación no debe ser el fin del mundo, ni de la vida; aunque se sienta así. Recuerda que antes de conocer a esta persona tenías vida, hacías cosas, y no la pasabas tan mal. Así que en el proceso de reparar un corazón roto lo primero que debes hacer es comenzar a enfocarte en ti de nuevo. Al enamorarte compartiste tu atención entre atender tus necesidades y atender las de esa persona. Ahora que no está, re-enfócate en ti como persona: ¿Qué cosas tengo que hacer que no he hecho? ¿Qué proyectos he pospuesto? ¿Hacia dónde me quiero mover como persona?
Es importante reconocer que este proceso es doloroso, así que no te sientas mal por estar dolido, es normal. Acepta tu dolor, si tienes que llorar, llora. Reconoce que tomará cierto tiempo y que por ese tiempo no estarás en tu mejor forma. Pero dos cosas importantes:
Primero, no te aísles. Si amistades te invitan a salir, sal, diviértete, distráete.
Segundo, si ves que pasa mucho tiempo y aún te sientes triste, sacúdete! Decide dejar de sufrir porque ya has sufrido mucho y re-invéntate. Si ves que no puedes salir de la tristeza puede ser el momento de buscar ayuda profesional. Siempre existe la posibilidad de que lo que estés sufriendo no sea por la separación. Puede que la separación solo haya sido el evento precipitador de un proceso depresivo por otras razones en tu vida.
Si convivieron, puede ser el tiempo de sacar de la casa las cosas que te recuerden a esa persona. Limpia, regala, bota.
No pierdas tu tiempo buscando de quien fue la culpa. La culpa solo sirve para justificarnos. Si reconoces que hiciste algo mal, aprende de la experiencia y mejora como persona, pero no por él o ella, lo haces para ti y por ti. También puede ser un buen momento para perdonar. Perdonarte a ti y perdonar a esa otra persona para que puedas continuar con tu vida sin resentimientos que solo te atrasaran.
Ten cautela con la idea de que un clavo saca otro clavo. Si sacaste un clavo mohoso y metes otro clavo más mohoso, solo terminarás más herida. Si has de volverte a enamorar, que no sea para olvidar a quien se fue, que sea porque esta nueva persona tiene tantas buenas cualidades que se merece una oportunidad de conocerle mejor.
En ocasiones no es buena idea intentar continuar siendo amigos, al menos por algún tiempo. Es necesario poner espacio entre ambos para poder olvidar y sanar. Tener que verle de forma constante no ayudará a sanar.
La ruptura de una relación puede ser un buen momento para comenzar a hacer ejercicios, si es que no hacías; y para intensificarlos, si es que ya los hacías. El ejercicio te cansa, por lo cual puedes dormir mejor. El ejercicio te ayuda a producir endorfinas, que son un neurotransmisor que te ayuda a sentirte bien. Haciendo ejercicios puedes también relacionarte con nuevas personas, conocer gente nueva.
Una ruptura es también un buen momento para re encontrarte con tu familia. Visitar a tus hermanos, padres, tíos, etc. Esa gente siempre ha estado ahí, y te quiere; solo que en ocasiones uno se olvida de ellos.
¿Y qué paso con ese mejor amigo con quien dejaste de compartir cuando te comprometiste? ¡Llámalo! A ver que hace.
Nadie desea vivir la ruptura de una relación, pero si ocurre, puede ser un buen momento para revisar que he hecho con mi vida hasta este momento y comenzar a hacer cosas nuevas.
Comentarios